El Juego

Todos sabemos que los gatos son cazadores natos, pese a vivir en el interior de un hogar y comer todos los días, ellos siguen necesitando realizar esta actividad a diario. 

La caza es una de las principales actividades de los gatos, la necesitan por instinto y por diversión. Incluso un gato que acaba de comerse una presa y no tiene hambre, sigue cazando. ¡No puede dejar pasar esa pequeña presa o juguete que se mueve delante de sus ojos! 

Por esto, el cuerpo del gato está preparado para realizar movimientos muy rápidos, ágiles y flexibles. Un gato que vive en interior tiene el mismo cuerpo que un gato que vive en exterior, y la misma necesidad de usarlo. Necesitan saltar, correr, hacer equilibrio, explorar, trepar, acechar, observar, utilizar sus garras, y sus 5 sentidos. 

Por lo general, todos los gatos menores de un año son bastante activos y necesitan de actividad extra si viven en interior, pero es notable la hiperactividad que podemos encontrar sobre todo en los machos menores de un año.    

 

Tanto los gatos tranquilos como los gatos activos necesitan al menos media hora de actividad al día como mínimo, a veces sólo con estimulación mental es suficiente. A los gatos hiperactivos no conviene cansarlos en exceso pues podemos sobreexcitarlos, no se trata de cansarles físicamente, sino de darle una estimulación mental, que puede llevar mayor o menor actividad física. De nada sirve llenar la casa de juguetes si no interactuamos nosotros con ellos. Podemos fabricarles algunos juegos para cuando se queden solos, pero si no se mueven o huelen a algo comestible suelen aburrirse pronto, por eso es vital que podamos compartir al menos un rato cada día jugando con nuestros gatos. También esto es una terapia para las personas, que llegan cansadas de estar todo el día trabajando y necesitan desconectar. Siéntate en el suelo y juega con tu gato, se te olvidará todo y pasaréis un rato muy agradable. 

Ten en cuenta que el gato seguramente ha dormido en tu ausencia así que no estará tan cansado como tú. Ayúdale a pasar un rato feliz desarrollando lo que más le gusta: la caza. ¡Ambos dormiréis mejor por la noche! 

Tanto la caza como el juego son como un baile lleno de movimientos impresionantes que sólo un felino puede realizar. 

 

En muchas ocasiones, dependiendo de la presa, el gato corre hacia ella o se hace el despistado o dormido. Un gato puede pasarse horas sentado en el jardín simplemente observando su entorno esperando un sonido delator, y si de repente detecta una posible presa, comienza el juego. Sólo el hecho de poder estar acechando y observando el entorno, es muy enriquecedor para el gato, los estímulos que pueden encontrar en un jardín son incomparables a los que hay dentro de un hogar. Poder mirar por una ventana de forma segura es un posible sustitutivo a esta necesidad. 

Normalmente el gato prueba primero a darle golpecitos a la presa para probar su reacción, para evitar ser mordidos en el caso de los roedores, la perseguirá y la acechará allá donde se esconda. El juego con la presa suele ser para cansarla, aturdirla y hacerla más vulnerable, para después poder matarla sin riesgo a ser atacado por ella. Para asegurarse de ello, el gato se hace el distraído mirando hacia otro lado, si la presa se mueve intentando escapar, seguirá intentando aturdirla, por contra si permanece inmóvil, normalmente un gato cazador experimentado pasará a morderla para finalmente matarla. La mayoría de los gatos domésticos o que se han criado sin su madre o sin acceso a presas vivas, no saben matar a la presa, la dejan aturdida o escapan. 

El juego de los gatos de interior es exactamente igual: acecho, persecución, aturdimiento, recompensa. 

Las presas que los gatos suelen cazar son: pequeños roedores y pájaros, insectos, anfibios o pequeños reptiles, peces. Por tanto a la hora de inventar o fabricar un juego para nuestro gato, conviene que pensemos en cómo nuestro gato cazaría a este animal. Por ejemplo un roedor se escondería en una madriguera o agujero, lo que estimularía al gato a meter sus patas buscándole. Un insecto o pájaro volaría y el gato tendría que saltar para atraparlo, y para cazar un pez el gato debe meter sus patitas en el agua e intentar atraparlo con sus uñas. 

Es muy importante que el gato puede obtener recompensas durante el juego. Por ello no se recomienda nunca el juego con luces o puntero láser, ya que pese a que parece muy entretenido, el gato nunca obtiene recompensa por la caza y puede desarrollar problemas de estereotipias u obsesivos. Lo mejor, juegos con premio durante y al final.  

Fijándonos en esto, podemos fabricar nosotros mismos juegos parecidos. Las cajas de cartón son el juguete estrella para los gatos, así como las pelotas de papel, ya que por peso y tamaño simulan una posible presa natural. Los juguetes pesados no suelen gustarles mucho, porque les gusta llevarlos en la boca y tirarlos por el aire para volverlos a coger.  

Podemos fabricar madrigueras con cajas llenas de agujeros y premios dentro, también podemos colgar objetos ligeros (plumas por ejemplo) de cuerdas simulando insectos o pájaros, y también poner un bol o cubeta con agua y cosas flotando. A los gatos les encanta jugar con el agua. 

Para hacerles saltar podemos mover nosotros un juguete de cuerda larga y dejar que de vez en cuando lo atrape y se sienta realizado. 

En el mercado también hay juguetes que estimulan a los gatos, desde los llamados "gimnasios para gatos" (juegos de estimulación mental), hasta los "kongs" (juguete que se rellena con comida o premios), juguetes con catnip o valeriana. La idea y la finalidad son las mismas: la caza y recompensa.      

 

 

Juegos contraproducentes

Es totalmente contraproducente jugar con nuestras manos o pies con el gato, sobre todo si es pequeño o joven. Lo que conseguimos es enseñarle que nuestro cuerpo es una presa y a cazarla siempre que lo necesite, que será cuando a nosotros menos nos apetezca.    

Además si jugamos con ellos muy bruscamente con nuestras manos, lo que conseguiremos es un gato que muerda fuerte y se comunique con nosotros así cada vez que quiera algo. Incluso se estresan y frustran, ya que tras enseñarles a jugar y comunicarse así, les regañamos por hacerlo.   

 

 

 

 

 

Intenta ser coherente, no juegues con tu cuerpo y utiliza juguetes adecuados que el gato pueda cazar, estés tú o no. Los juegos sociales o “cuerpo a cuerpo” sólo deben hacerlo con otros gatos o perros.