Sora fue un caso difícil, hubo que tomar una decisión basada en el entorno en el que vivía.
Desconfiada y desorientada Sora se acercó a nuestra voluntaria, hambrienta comió sin dudarlo y poco a poco ganando su confianza se dejó acariciar. Tal vez fuera callejera o tan vez fue abandonada, pero en todo caso en ese lugar no hubiera tenido muchas oportunidades.
Sora es una gata con un alma libre y juguetona, pero a la vez es tímida. Tienes que ganar su confianza, pero cuando te la ganas no duda en venir a pedir mimos y arrumacos, sobre todo le encanta que frotes su cabeza.
Es más independiente que otros gatos, pero eso no quiere decir que no sea cariñosa o poco afectiva, simplemente le gusta disfrutar de sus espacios y si los respetas será tu gata 10.
Es activa, le gustan las alturas y corretear. Con otros gatos convive bien.