Esta chiquitina apareció en las puertas de entrada de la estación de autobuses. No se movía.

Se te rescató pero desgraciadamente no pudimos ni llegar a ponerte nombre. Que pena cuando tu suerte por fin había cambiado.

Lo único que pudimos hacer por ti fue que dejaras de sufrir.

Ahora estás en nuestro cielo de gatetes que sabemos te estarán cuidando muy bien.

Sentimos no llegar antes.